Departamento de La Libertad

Departamento de La Libertad
Departamento situado al noroeste del Perú. 25.499,9 km2 (1,98 % del territorio nacional). 1.905.300 habitantes (estimación de 2017; 6,1 % del total nacional). Capital, Trujillo. Limita al N. con los departamentos de Lambayeque, Cajamarca y Amazonas, al S. con los de Ancash y Huánuco, al E. con el de San Martín, y al O. con el océano Pacífico. Comprende doce provincias —Trujillo, Ascope, Bolívar, Chepén, Gran Chimú, Julcán, Otuzco, Pacasmayo, Pataz, Sánchez Carrión, Santiago de Chuco y Virú— y ochenta y tres distritos.

Geografía
Orografía
Este departamento, situado en la mitad septentrional del país, junto a la costa del Océano Pacífico, posee un relieve muy variado, ya que participa de las tres grandes regiones naturales peruanas: costa, Andes y selva interior, con otras varias subdivisiones más locales en cuanto a clima, vegetación y relieve.

La región costera está constituida por lo general por terrenos bajos y arenosos, es más bien poco accidentada, y en la que se alternan dunas, médanos y pampas de aspecto desértico con valles muy fértiles.

La región de los Andes en este departamento se divide en otras dos: la Cordillera Occidental y la Cordillera Central, que aquí presentan un relieve muy accidentado, una verdadera sucesión de picos, altiplanos, quebradas, profundos cañones, barrancos y valles. Las mayores alturas se dan en los cerros Huaylillas (4.773 m), Ururapa (4.356 metros), Guamacorral (4.286 metros) y Quiruvilca (4.008 m), así como en el Nudo de Mollepata.

Los dos ramales están separados entre sí por la sección longitudinal que supone la divisoria Caillacuyán-Escalo, el gran valle por el que discurre de sur a norte el río Marañón, uno de los grandes ríos de cabecera del río Amazonas. Las dos provincias (Bolívar y Pataz) situadas en su margen derecha forman parte de la tercera región natural, la de la selva amazónica (en este caso, selva alta).

Clima
Esa variedad topográfica se corresponde como un guante con la variedad climática: pueden distinguirse hasta cuatro climas. En el sector costero predomina el clima desértico semicálido, con temperaturas medias anuales que oscilan entre 20 y 21° y una notable incidencia del fenómeno de las garúas, neblinas y nieblas costeras, sobre todo en invierno y otoño, que enfrían y humedecen el ambiente, en parte debido a la presencia de la importante Corriente Fría de Humboldt o Corriente Peruana, una corriente fría —elemento imprescindible para la formación del fenómeno de El Niño— que discurre por esta zona del Océano Pacífico.

Conforme el terreno se eleva, hacia la cordillera de los Andes, aparece el clima templado semiárido, que por encima de los 3.000 m de altitud se convierte en clima frío con invierno seco. En las cumbres más elevadas, el clima es el clásico de puna seca de alta montaña, sin vegetación. Por otra parte, las mayores precipitaciones se dan en el valle de selva alta del río Marañón.

Hidrografía
La red hidrográfica del departamento se divide en dos grandes cuencas o vertientes: la del Pacífico y la del Amazonas. Los principales ríos que nacen en las alturas andinas y discurren en busca del Océano Pacífico son el Jequetepeque, el Chicaza, el Moche y el Santa. La del Amazonas está constituida básicamente por el Marañón —una de las grandes corrientes fluviales que, junto al Ucayali, darán nacimiento al río Amazonas— y algunos de sus afluentes en este tramo.

Espacios naturales protegidos
Reserva y Santuario Nacional de Calipuy
Se trata de un espacio biogeográfico, situado en la provincia de Santiago de Chuco, que posee una superficie de unas 4.500 hectáreas. Consiste en uno de los bosques de puyas de Raimondi más extensos de todos los que existen, que se localiza entre los 840 y 3.600 m de altura, en la región suni o de páramo húmedo. También destacan otras especies animales como el guanaco. Su clima se caracteriza por las abundantes lluvias que se dan entre los meses de diciembre y abril.

Bosque de Cañoncillo
Se encuentra ubicado en la provincia de Pacasmayo, en el distrito de San Pedro de Lloc, a lo largo de la margen izquierda del río Jequetepeque. Forma parte de los ecosistemas llamados de bosques secos del Perú, y entre las especies vegetales presentes destaca el algarrobo, algunos de cuyos ejemplares alcanza los 8 m de altura. El espacio natural está constituido también por dunas, y su relieve es cambiante pero no muy accidentado. En su superficie se encuentran también zonas arqueológicas y lagos.

Islas Guañape

Una humilde cabaña en un pequeño pueblo del Camino Inca de Salkantay, en el distrito de Mollepata.
Se trata de dos islas (Guañape Norte y Guañape Sur) situadas frente a la costa en la provincia de Virú, no muy extensas y con una altitud máxima que alcanza únicamente los 165 metros. Su valor reside en que albergan una colonia de aproximadamente 1.200 ejemplares de leones marinos. También se han descubierto en ellas restos (objetos, joyas, etc.) humanos de culturas prehispánicas.

Población
El departamento de La Libertad constituye la tercera región más poblada del Perú, después de Lima, la capital, y el departamento de Piura. La población refleja un alto grado de concentración en su capital, la ciudad de Trujillo (a la sazón, la tercera ciudad más poblada del país), que alcanza ya más del 50 % del total (50,5 %), y en los ámbitos urbanos (74,6 %). En cuanto al crecimiento vegetativo y demográfico, en los últimos años el ritmo de crecimiento ha sido del 1,3 % de media. Los principales núcleos de población urbana se concentran en la costa y en los valles andinos. Además de la capital, sobresalen las ciudades de Santiago de Chusco, Otusco, Bolívar y los puertos de Salaverry y Pacasmayo.

Economía
Por lo que respecta a su relación con la economía de la República, este departamento es también el tercero que mayor contribución aporta al Valor Agregado Bruto (VAB) nacional (un 4,8 %), después de Lima (52,3 %) y a escasa distancia del departamento de Arequipa (5,7 %). A pesar del peso demográfico y económico de su capital, Trujillo, este departamento sigue teniendo en las actividades del sector primario su principal actividad relativa, ya que constituye el 20,4 % del VAB regional y el 11,4 & del VAB agrícola nacional. Otros sectores importantes son la industria manufacturera (19,8 %; 6 % del total nacional), la minería (10,9 %; 8,3 % del total nacional), la construcción (5,1 % del total nacional) y los servicios diversos (16,5 % en el total regional). En cuanto a la población empleada, el sector primario agrupa todavía al 34,6 %, por el 15,3 % del sector secundario, y el 50,1 % del sector terciario.

Agricultura y ganadería
La actividad económica principal es la agricultura, de carácter muy variado. Está favorecida por las características climáticas (temperaturas regulares y estables), la disponibilidad de suelos fértiles y la extensión de una amplia infraestructura de regadío, especialmente en los valles costeros —regulación y aprovechamiento de las aguas de los ríos Jequetepeque, Chao, Virú, Santa y Moche—. Entre los inconvenientes, se encuentra la aparición de los fenómenos de El Niño y La Niña, que pueden provocar tanto sequías como inundaciones.

El Camino Inca de Salkantay, en las proximidades del distrito de Mollepata.
En los últimos años ha avanzado sobremanera la superficie dedicada a los productos agroindustriales: en la costa y valles fértiles se cultiva caña de azúcar, arroz y maíz amarillo duro. También se producen verduras como alcachofas, espárragos y paltas, cuyo destino se encuentra en el mercado externo, así como coca, cacao y café. Mientras, en los sectores tradicionales de la sierra continúa existiendo el autoconsumo, básicamente de cereales como el trigo y la cebada; la excepción sería la papa o patata, que abastece al mercado nacional.

Caña de azúcar
La Libertad es el primer departamento productor de caña de azúcar del país. Sólo este cultivo constituye el 27,9 % del Valor Bruto de Producción (VBP) agrícola del departamento (2009), gracias a las 32.400 hectáreas de superficie y la producción de 4.807 toneladas (un 48,4 % del total nacional). Se concentra en los valles de Santa Catalina y Chicama, donde también radican las empresas y fábricas destinadas a la producción no sólo de azúcar, sino de alcohol etílico y otros subproductos como melaza o bagazo.

Espárrago
De nuevo es este departamento el mayor productor de este cultivo de todo el Perú. Se encuentra ubicado en los valles de Chao y Virú, especialmente, aunque su expansión reciente lo ha llevado también a los de Santa Catalina y Chicama, gracias al aumento de la demanda externa y a las buenas condiciones climáticas y edáficas de la región, que permiten la obtención de dos cosechas anuales. En el año 2009 se cultivaron 13.800 hectáreas, que dieron una producción de 166.400 toneladas, lo que constituyó el 53 % del total nacional.

Papa
De este producto tan extendido y popular en el Perú, el departamento de La Libertad fue el responsable, en el año 2009, del 8,8 % de la producción total del país, unas 331.900 toneladas, que surgieron de una superficie de 22.000 hectáreas de cultivo. Su ámbito es principalmente el de la sierra, donde se consiguieron rendimientos de 15,1 Tm/hectáreas, casi dos puntos por encima del rendimiento promedio nacional. En total, ese año suspuso el 11,4 % del VBP agrícola de la región.

Arroz
Es uno de los cultivos más importantes de la región. Se concentra básicamente en el valle de Jequetepeque, gracias a que cuenta con aguas para el regadío provenientes del embalse o represa de Gallito Ciego. Fue el segundo producto al que se destinó mayor superficie cultivada —unas 33.000 hectáreas— en el año 2009, sólo por detrás del trigo, de la que se extrajo un total de 338.600 toneladas de arroz, lo que colocó al departamento como el cuarto mayor productor del país (11,3 % del total nacional).

Maíz amarillo duro
Es uno de los cultivos más habituales en los valles de Chicama, Jequetepeque y Virú, que aunaron en el año 2009 un total de 27.900 hectáreas de superficie, para una producción de 226.800 toneladas, lo que elevaba a este departamento al rango de segundo productor nacional (17,8 % del total). El rendimiento, además, fue de 8.1 Tm/hectárea, lo que prácticamente doblaba el promedio nacional. Su amplio desarrollo en las últimas décadas está íntimamente ligado al de la avicultura y la industria dedicada a la producción de alimentos de consumo animal.

Avicultura

Atardecer en la playa de Huanchaco.
Destinada a la producción de carne, la producción avícola del departamento de La Libertad supuso, en el año 2009, la segunda más importante del país. Se produjeron ese año 180.500 toneladas de carne de ave, lo que representó el 18,7 % del total nacional. En cuanto al ámbito de la región, la producción avícola representó el 68,4 % del VBP ganadero.

Pesca
La actividad pesquera es otra de las dedicaciones tradicionales de este departamento, a pesar de que hoy en día sólo aporta un 0,2 % del VAB regional. El principal puerto pesquero es el de Malabrigo (distrito de Rázuri, provincia de Ascope), y las descargas más relevantes están destinadas a la elaboración de harinas y aceites, y en menor medida al consumo humano directo. La presencia e intensidad de los fenómenos de El Niño y La Niña condicionan el trabajo a bordo de las barcas, así como las vedas recurrentes que pretenden proteger y favorecer el ciclo reproductivo y biológico de especies tan preciadas como la anchoveta.

Minería
Este sector aporta el 10,9 % del VAB regional (en el año 2009). La amplia gama de minerales y metales que se explotan cuenta con los minerales polimetálicos como el cobre, el plomo, el zinc y, sobre todo, el oro, como el subconjunto de yacimientos más relevante. En el año 2009, el oro constituyó, por sí solo, el 95,2 % del VBP minero regional, gracias a la producción total de 1.693.840 onzas (un 28,6 % de la producción total nacional), que colocaba a este departamento como el segundo más importante del país, detrás del de Cajamarca (un 37,2 %).

Industria

Estatua-ídolo de Chan Chan.

Estatuas-ídolo en Chan Chan.

Aspecto actual de la Huaca del Sol.

Ruinas de construcciones en la Huaca de la Luna.

Restos de la antigua ciudad de Chan Chan, perteneciente a la cultura chimú.

Detalle de la decoración de los muros de adobe de la antigua Chan Chan.

La Huaca de la Luna.
Se trata del segundo sector en importancia. En el año 2009 contribuyó al 19,8 % del VAB regional, si bien es cierto que su importancia relativa en la economía departamental ha venido disminuyendo desde la década de 1980, en que llegó a superar el 30 %. De todas formas, el departamento ocupa el tercer lugar en cuanto a su contribución al VAB industrial nacional, con el 6 %), después de Lima (57 %) y del departamento de Arequipa (6,6 %). Las industrias y fábricas más importantes se encuentran radicadas en el ámbito costero, el que presenta mayores facilidades de exportación —salida de productos a través de vías rápidas— y mercado —mayor densidad de población—. Por subsectores, cabe destacar la industria agroalimentaria —elaboración de azúcar (en 2009, primer productor nacional, con el 48,7 %), envasado y conservas de hortalizas (en 2009, primer productor nacional de conservas de espárrago, con el 88,7 %), harinas de cereal y de pescado (cuarto productor nacional en 2009, con el 8,2 %), aceites de pescado—, la cementera —en 2009, segundo productor nacional con el 18,4 %— y la de bienes de consumo.

Arqueología
Zona arqueológica de Chan Chan
Situada a unos 4 kilómetros al O. de la ciudad de Trujillo, se trata de un centro urbano prehispánico —posiblemente, la capital del Imperio chimú, o en todo caso, su gran centro administrativo, religioso y político— construido íntegramente a base de adobe, lo que lo convierte en la ciudad de barro más grande de la América prehispánica, y posiblemente del mundo. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986. Aunque no existe un cálculo preciso sobre la extensión que llegó a alcanzar, se cree que pudieron ser unos 20 km2 —entre el puerto de Huanchaco y el cerro Campana—, de los que se conservan únicamente una quinta parte, y pudo albergar una población que oscila, según los estudios, entre los 35.000 y los 100.000 habitantes.

La estructura de lo conservado se organiza en torno a un conjunto de diversas unidades arquitectónicas —palacios y ciudadelas— y espacios urbanísticos aledaños. Se han identificado nueve ciudadelas, además de plazas, viviendas, depósitos, talleres, calles, murallas y templos piramidales. Su construcción se remonta a los siglos XII-XV, siendo la ciudadela conocida como Chaiwac la más antigua, y la Tschudi una de las más modernas e importantes —la única habilitada para visitas—. Los materiales empleados en su construcción fueron, además del barro, maderas, adobes, caña y paja, cantos rodados y totoras. Entre sus características principales se encuentra la decoración de sus enormes paredes y muros a base de profusos frisos modelados en relieve, que representan figuras geométricas, animales estilizados (peces, aves) y seres mitológicos. Alberga un Museo del Sitio.

Huacas del Sol y de la Luna
Este conjunto arqueológico, uno de los más importantes de la costa septentrional del Perú, se encuentra situado al pie del cerro Blanco, en el valle bajo de Santa Catalina, a unos 8 kilómetros al sur de la ciudad de Trujillo. Se trata de dos huacas o pirámides de gran volumen y majestuosidad arquitectónica, realizados a base de adobe y con una estructura en forma de plataformas superpuestas a modo de escalones, que corresponden a los restos de la antigua capital o ciudad más importante de la cultura mochica o moche. Se alzan presidiendo la planicie donde estaba la ciudad, que poseyó residencias de la élite local y otras viviendas, sectores o barriadas dedicadas a la artesanía y el comercio, plazas y calles, y obras de infraestructura como canales y depósitos de agua. Su datación se alarga entre los siglos III y VIII d.C.

La Huaca del Sol, que sirvió como centro político y administrativo, es una edificación piramidal dispuesta sobre una alta plataforma cuadrangular que cubría un área de 228 × 136 metros y se elevaba hasta los 48 metros. Está bastante deteriorada —al parecer, durante la época colonial fue separada en dos partes a raíz de una desviación del curso del río Moche—. La Huaca de la Luna, por su parte, funcionó como centro religioso y ceremonial. Tiene una extensión de 290 × 210 metros, y también consiste en una serie de plataformas superpuestas, patios y recintos destinados en origen a la realización de sacrificios y otras ceremonias religiosas. Prueba de ello son las figuras que aparecen en los murales policromados de algunas paredes —unas representan al dios Ai-apaec—, así como el descubrimiento de una tumba que alberga una cuarentena de guerreros sacrificados.

Huaca de El Dragón o Arco Iris
Pirámide o huaca de adobe situada a unos 4 kilómetros de Trujillo, que pertenece por fechas a los primeros tiempos del Imperio chimú, cuando todavía era patente la presencia de la anterior cultura Tiahuanaco-Wari (siglos X-XI d.C.). Consta de una plataforma o base de forma cuadrangular, con paredes decoradas mediante altorrelieves de representaciones tanto zoomorfas como antropomorfas. Debe su nombre de “Dragón” a una figura bicéfala de numerosas patas, y el de “Arco Iris” a que esta huaca habría tenido funciones ceremoniales y rituales en loor del arco iris y otros fenómenos naturales relacionados con la fertilidad.

Huaca de La Esmeralda
Una pirámide o huaca asociada al Imperio chimú y vinculada seguramente al complejo urbano de Chan Chan, que se encuentra a unos 3 kilómetros de la ciudad de Trujillo. Su base, rectangular (65 × 41 metros), soporta dos plataformas con rampas centrales. Sus paredes aparecen también decoradas con altorrelieves y los habituales motivos zoomorfos y geométricos.

Complejo arqueológico de El Brujo
Esta zona arqueológica está situada en la provincia de Ascope, en el valle de Chicama, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Trujillo. Comprende un área de unos 2 km2, junto a la orilla del océano Pacífico, y en su día estuvo rodeado por lagunas, estanques y otros humedales. Las sucesivas excavaciones han confirmado que el lugar estuvo habitado ininterrumpidamente desde el periodo precerámico (III milenio a.C.) hasta tiempos posteriores a la llegada de los españoles. Consta, básicamente, de tres edificaciones, denominadas Huaca Prieta, Huaca Cao y Huaca Cortada, realizadas a base de adobe, además de otros montículos artificiales y, especialmente, de la gran pirámide o muro de sacrificio recién descubierta. Alcanza unos 30 metros de altura, posee una antigüedad superior a los 15 siglos, y en ella destacan los motivos iconográficos tan ricos y peculiares que aparecen representados en forma de altorrelieve en sus paredes: destaca una figura en particular, denominada “Degollador de Cabezas”, que aparece en uno de los frisos policromados más importantes y también en las escenas rituales pintadas en la cerámica del lugar.

Complejo arqueológico de Markahuamachuco
Se trata de un centro urbano situado a unos 10 kilómetros de Huamachuco, capital de la provincia de Sánchez Carrión, en plenos Andes. A una altitud sobre el nivel del mar de 3.200 m, presenta varios niveles cronológicos de ocupación. Destacan sus robustas murallas de piedra que encierran el recinto poblacional, emplazado sobre una pequeña meseta recortada por profundos abismos y acantilados. Algunas de sus torres de planta ovoide o circular se elevan por encima de los 10 metros.

Zona arqueológica de Wiracochapampa
Ubicada al norte de la ciudad de Huamachuco, sobre una llanura levemente inclinada. Al parecer, fue una ciudad o población abandonada antes de su construcción —muros inconclusos, espacios que no muestran signos de haber estado habitados— que sirve de escenario para la representación del Waman Raymi cada mes de agosto.

Cerro de Chepén
Conjunto arqueológico que corresponde a una población con viviendas y construcciones de piedra (hornacinas, altares, habitaciones, atalayas), rodeada de murallas con dos accesos principales.

Complejo arqueológico de Pakatnamú
Se trata de un sitio monumental arqueológico situado a unos 14 kilómetros de Pacasmayo, cerca de la desembocadura del río Jequetepeque en el Océano Pacífico. Del conjunto destaca la cincuentena de pirámides truncas, que comparten espacio con diversos complejos habitacionales, plazas, recintos diversos, murallas y muros con grabados en relieve.

Historia
Primeras presencias humanas
En tierras del actual departamento de La Libertad surgieron y se desarrollaron algunas de las civilizaciones, pueblos y culturas más importantes del Perú prehispánico. En primer lugar, cabe destacar el yacimiento de la Pampa de los Fósiles, ubicado en la provincia de Pacasmayo, donde en 1948 se descubrió un complejo lítico que ya se suponía sumamente antiguo. El descubrimiento posterior, en 1975, por el arqueólogo francés Claude Chauchat, de dos fósiles humanos (un hombre adolescente y una mujer adulta), cuya datación arrojó el resultado aproximado de 8.800 a.C., convirtió al Hombre de Paijín, tal como se conoce a la cultura propia de ese asentamiento, como los restos más antiguos descubiertos hasta el momento de todo el Perú. Al parecer, según se desprende del material recuperado en ese asentamiento, el Hombre de Paijín vivió en la zona de los valles de Virú y Pacasmayo, y estuvo dedicado a la caza, y posteriormente a la pesca.

Estampa del Trujillo colonial.
El siguiente horizonte cultural presente en La Libertad corresponde a la cultura de Huaca Prieta, denominada así por su yacimiento arqueológico más importante, situado en el valle de Chicama. Esta civilización pertenece al llamado periodo precerámico, que se desarrolló a partir del IV milenio a.C. Surgió a consecuencia de la evolución desde una economía recolectora a una agricultura incipiente basada en el cultivo de frijoles, calabazas, algodón, tubérculos y frutales, aunque no llegaron a conocer el maíz. También practicaban la caza, la pesca e iniciaron la domesticación de animales como el guanaco y la cobaya.

Más tarde, ya en pleno periodo intermedio temprano —o periodo de las culturas clásicas—, se desarrollaron una serie de culturas independientes entre sí en distintos puntos de la sierra y la costa, sin que ninguna de ellas impusiera su influencia en un área demasiado extensa. Así, en territorio del actual departamento de La Libertad fueron los cupinisque quienes se aposentaron en la franja costera, entre la provincia de Virú y el departamento vecino norteño de Lambayeque, aproximadamente entre los siglos IX y III a.C. También cabe constar la presencia de las llamadas fases de Salinar (valle de Chicama) y Gallinazo (valles de Virú y Santa). Una agricultura más avanzada, la elaboración de tejidos y la práctica de la metalurgia fueron sus características principales. La influencia de la cultura chavín, que surgió en la zona del actual departamento de Ancash, es también muy evidente durante esta época, sobre todo en la cerámica.

La cultura mochica

Tradicionales barcas de junco.
Pero fue la cultura mochica, o de los mochi, la primera civilización verdaderamente representativa que se asentó en el departamento. Su periodo de dominio en la zona se extendió aproximadamente entre los años 200 y 600 de nuestra era, y radicó básicamente en los valles de Chicama, Moche y Pacasmayo, aunque su influencia llegó por el sur hasta el río Santa y por el norte hasta el ámbito geográfico de Piura. Fue una civilización que alcanzó un notable grado de desarrollo, como se puede comprobar en sus estructuras urbanísticas (las Huacas del Sol y de la Luna, en Moche), en su cerámica y en la metalurgia que practicaron, así como en que fue un verdadero estado centralizado y jerarquizado.

El imperio chimú
Después de un impasse cultural que tuvo lugar entre los siglos VII y X, en que se sucedieron los dominios de los wari y los chancas, entre otras culturas, una nueva dispersión cultural se produjo aproximadamente a partir del año 1000. Las técnicas agrícolas se perfeccionaron, sobre todo en la canalización de aguas para el regadío, y tuvo lugar una amplia difusión de las aleaciones de bronce a partir de las costas peruanas. La cultura más sobresaliente de este período fue la del Imperio chimú, que surgió precisamente en la costa septentrional del Perú a partir del siglo XII y alcanzó su mayor grado de desarrollo político a partir de mediados del siglo XIV. Sus centros principales fueron, entre otros, el gran centro ceremonial de Chan Chan (verdadera capital), emplazado en el valle de Moche, y los de Farfán y Pacatnamú (en el valle de Pacasmayo). Chan Chan alcanzaba un área de 36 km2 que incluía viviendas, cementerios, zonas agrícolas y unas edificaciones de considerable tamaño, hechas con adobe, a las que se conoce por el nombre de ciudadelas; estos edificios, cuyas paredes estaban ornamentadas con relieves, pudieron ser las residencias de los sucesivos gobernantes del estado chimú. La expansión política de los chimúes llevó sus fronteras hasta el valle de Lambayeque —y más tarde Piura— hacia el norte, y hasta el ámbito de la actual ciudad de Lima hacia el sur.

Los incas y la llegada de los españoles
El declive del Imperio chimú se inició en el siglo XV, y llegó a su fin en el año 1470 d.C., cuando un nuevo pueblo, los incas, en plena expansión, acabaron sometiéndolo. Fue el inca Túpac Yupanqui quien logró su sumisión, al cortar el suministro de aguas de sus canales y complejos de irrigación. Precisamente de los chimúes aprendieron los incas estas técnicas de riego. Durante el medio siglo largo en que el actual departamento estuvo bajo dominio del Inca, estuvo integrado en el Chinchaysuyo —uno de los cuatro suyos o provincias que conformaban el Tahuantisuyo, el Imperio inca—, y en él no se construyó ninguna ciudad verdaderamente importante del nuevo imperio. Por tierras de La Libertad transcurría parte de la ruta inca hacia Cajamarca y Quito. Fue, precisamente, por este camino, por donde los conquistadores españoles llegaron hasta el valle y solar (1534) donde hoy se alza la ciudad de Trujillo. En concreto, fue Diego de Almagro, lugarteniente de Francisco Pizarro, quien fundó la ciudad (noviembre o diciembre de 1534), bautizándola con el nombre de Trujillo de los Reinos de Nueva Castilla en honor a la villa natal de Pizarro, que era natural de la Trujillo española de Extremadura. Ese acto fue oficializado por el propio Pizarro el 5 de marzo de 1535. Alfonso de Alvarado fue designado su primer regidor, y Diego de Mora su primer gobernador; Mora obtuvo también las encomiendas de Chimú, Chicama y Puerto de Huanchaco y a él se debe la primera plantación de caña de azúcar en el Perú (llevada de Nueva España), en su hacienda de Chicama. En 1537, Trujillo recibía el título de ciudad, y con el tiempo pasaría a ser una de las principales ciudades del virreinato del Perú, y la más importante de la zona norteña.

El virreinato

Una vez pacificado el territorio, la colonización del mismo por los españoles empezó aprovechando los sistemas de comunicación que habían empleado chimúes e incas, aunque el traslado de la capital del virreinato a Lima y la necesidad evidente de comunicarse con la metrópoli a través del océano iba a espolear el desarrollo de las ciudades costeras. Es el caso de Santa, Huanchaco y Paita, que surgieron como puertos donde los buques se abastecían de agua, alimentos, pasajeros y mercancías antes de dirigirse hacia Panamá.

Además, la ciudad de Trujillo actuaba como centro rector del ámbito rural y de encomiendas de la zona, y ya desde el siglo XVI fue agrupando en su núcleo urbano una élite de españoles y criollos —que le dieron su aspecto señorial—, que convivían con indígenas y mestizos. El auge económico se lo proporcionaban las ricas plantaciones de caña de azúcar y cereales, las granjas porcinas y la fabricación de cueros —Trujillo fue considerada durante siglos como el granero del Perú—, además de su movimiento comercial, a base de mercancías de todo tipo: cobre, vino y aguardiente, arroz, miel de caña, maderas, etc.

En Trujillo se instalaron los seminarios de San Carlos y San Marcelo —donde cursó estudios Toribio Rodríguez de Mendoza, que sería precursor de la independencia del Perú— y los monasterios de Santa María de Gracia y Santa Clara, fundados por el virrey Fernando Torres y Portugal (1585-1589). Otro virrey, Melchor de Navarra y Rocafull, duque de la Palata (1681-1689), se vio obligado a construir imponentes murallas defensivas en Trujillo, en este caso un excepcional perímetro poligonal de quince lados, ante la proliferación de ataques corsarios de carácter indiscriminado. Trujillo fue elevada a la categoría de intendencia por el virrey Teodoro de Croix (1784-1790), ya en vísperas de la emancipación del Perú. Por aquel entonces, el obispo de Trujillo era Baltasar Jaime Martínez Compañón (1779-1788), que realizó una prolija labor con la construcción de edificios, escuelas e iglesias, fomentando la agricultura y ordenando excavaciones arqueológicas que dieron como fruto una importante colección de antigüedades peruanas que envió al Príncipe de Asturias entre 1788 y 1790. Además, publicó Truxillo del Perú, una relación de sus viajes por tierras peruanas con comentarios e impresiones acerca de gentes y lugares, acompañada por una colección de 1.411 dibujos de diferente temática: mapas, retratos, trajes populares, costumbres, folclore, etc., que se conserva en la Biblioteca del Palacio de Oriente de Madrid (España).

La independencia y la República
Las ideas liberales que surgieron en Europa entre los siglos XVIII y XIX encontraron en la próspera y caleidoscópica ciudad de Trujillo un caldo de cultivo inmejorable, por lo que no es de extrañar el elevado papel que la ciudad interpretó durante la independencia y sus aledaños temporales. Un personaje imprescindible fue José Bernardo de Tagle y Portocarrero, marqués de Torre Tagle. El que llegara a ser segundo Presidente del Perú, era en 1819 subinspector del Ejército del Perú e intendente de Trujillo, cuando entró en contacto con el ejército republicano dirigido por José de San Martín. Adepto a la causa independentista, el 29 de diciembre de ese mismo año proclamó la independencia de Trujillo —la primera ciudad del país donde esa proclamación se hacía de manera formal—, entregando el norte del virreinato a San Martín, quien le concedió el título de marqués de Trujillo, fue nombrado presidente del Consejo de Estado y ascendido a gran mariscal. Las negociaciones entabladas entre el general realista Pablo Morillo y los líderes rebeldes desembocaron en la firma entre Morillo y Antonio José de Sucre del Armisticio de Trujillo (noviembre de 1820), una tregua que debía durar seis meses.

El siglo XIX

Una vez consolidada la emancipación, Trujillo tuvo un papel relevante en los primeros años de andadura de la nueva República. A ella pertenecía el mayor número de representantes en el I Congreso Constituyente (15 de 79) inaugurado el 20-IX-1822; fue sede del Congreso y del Gobierno de la República durante los meses finales de 1823, y sede también de la primera Corte Superior de Justicia. En 1824 se fundó la Universidad Nacional de Trujillo, y entre 1825 y 1827, a resultas de los avatares por los que atravesaba el país, cambió su nombre por el de Bolívar, y el de su intendencia por el nuevo departamento de La Libertad (este sí, ya asentado definitivamente).

A lo largo del siglo XIX, el centro de gravedad económico del país fue desplazándose hacia el sur debido a diversos factores: el auge de la minería de Cerro de Pasco, la aparición de nuevos sectores como la explotación del guano y el salitre, o el incremento poblacional y económico de Lima y su puerto del Callao. De la misma forma, en el norte del país la economía siguió también un proceso de renovación y diversificación, que provocaron un cierto y paulatino declive de Trujillo en su rol de capital indiscutida. De esta forma, entre 1832 y 1874 el departamento encabezado por Trujillo perdió casi el 90 % de su territorio —hasta conformar su aspecto actual—, desgajándose de él los nuevos departamentos de Lambayeque, Amazonas, Cajamarca, Piura y Tumbes. Sólo la especialización agraria de los valles costeros en torno al cultivo y producción de caña de azúcar y algodón alcanzó una cierta estabilidad y repunte.

Todo ello se vio gravemente truncado a raíz de la Guerra del Pacífico (1879-1883), que enfrentó al Perú con Chile y Bolivia, en especial a resultas de la destrucción de las haciendas del norte del país y de la paralización general de la actividad económica. La producción de azúcar tardó una década en volver a los registros anteriores, mientras que la propiedad iniciaba un proceso de concentración. La participación del departamento de La Libertad fue importantísima en la contienda, no sólo por los hombres y financiación que aportó, sino porque en su territorio, en las pampas de Purubamba (cercanías de Huamachuco, provincia de Sánchez Carrión), tuvo lugar la Batalla de Huamachuco (10-VII-1993), que acabaría precipitando el fin de la contienda.

El siglo XX
Los primeros años del nuevo siglo fueron de un sostenido auge económico, ligado a la exportación de productos agrícolas —puertos de Salaverry y Ascope—, cuya obtención también aumentó notablemente gracias a la mecanización y a la incorporación de nuevas y grandes extensiones de terreno. La caña de azúcar y la industria azucarera fueron los principales protagonistas, consolidando así un escenario que se mantuvo durante décadas. No obstante, la entrada en servicio de la Carretera Panamericana —que interconectaría los centros económicos principales de la costa—, así como la llegada del transporte aéreo en la segunda década del siglo, provocaron el declive de los pequeños puertos y caletas que venían sirviendo como centros comerciales y exportadores, mientras crecía el poder centralista de Lima.

No fue hasta finales de la década de 1950 cuando empezó a surgir una incipiente industrialización en torno a Trujillo, que fue consolidándose a lo largo de la década siguiente. Fue un rasgo importante la reforma agraria emprendida en los años sesenta, ya que el departamento de La Libertad era el que concentraba la mayor parte de las haciendas latifundistas, que ahora se veían transformadas en cooperativas. En las últimas décadas del siglo, la capital departamental de Trujillo ha venido consolidándose como metrópoli urbana, industrial y comercial, la tercera en importancia del país.

Fiestas y folclore

El himno nacional del Perú suena cada domingo por la mañana en el barrio colonial de Trujjillo.
El calendario festivo y el folclore tradicional del departamento es muy rico y variado. Entre los eventos más destacados se encuentran los siguientes.

Concurso Nacional de Marinera
Como escenario la ciudad de Trujillo, tiene lugar entre los meses de enero y febrero. Consiste en un concurso de marinera, una danza típica, en el que participan academias de danza de todo el país. También se realizan concursos y exhibiciones de los tradicionales caballos peruanos de paso.

Carnaval de Huanchaco
Es, quizá, el carnaval más relevante de la zona. Tiene su origen a principios del siglo XX, y se inspiró en el famoso Carnaval de Venecia (Italia).

Campeonato de Tabla Hawaiana
La práctica de la tabla hawaiana, es decir del surf, tiene mucha tradición en la provincia costera de Ascope. En concreto, este campeonato, que se celebra en el mes de marzo, tiene lugar en la playa de Malabrigo o Chicama, conocida mundialmente en el ámbito del surf porque posee la “ola izquierda” más larga del mundo. Participan surfistas de todo el planeta.

Fiestas de San José
En torno al 19 de marzo, festividad de San José, y como escenario el balneario de Las Delicias (distrito de Moche, provincia de Trujillo). Más allá de su condición religiosa, consiste en un verdadero ciclo festivo dedicado a las tradiciones españolas: gastronomía de la antigua metrópoli, festival taurino y de baile y cante flamenco, suelta de vaquillas al estilo de los Sanfermines de Pamplona, etc. Calles, casas e incluso gentes se decoran y disfrazan a la usanza española. También se llevan a cabo cabalgatas de caballos peruanos de paso.

Festival Internacional de la Primavera
Es la celebración más importante de la ciudad de Trujillo —no en vano se la conoce como “Ciudad de la Eterna Primavera”—, y tiene lugar cada mes de septiembre. Se llevan a cabo multitud de actos, festivales y tradiciones, entre ellas el Concurso Nacional del Caballo Peruano de Paso, el día 29 de septiembre.

Fiestas de la Virgen de la Puerta de Otuzco
Fiesta de carácter religioso de la ciudad de Otuzco, que tiene lugar en torno al 15 de diciembre. Su origen se remonta a una leyenda del siglo XVI, cuando una imagen de la Virgen María colocada a la entrada de la ciudad la salvó del acoso de unos saqueadores; desde entonces, se la conoce como Virgen de la Portería o de la Puerta. Se realizan procesiones.

Datos del Departamento de La Libertad
Departamento del Perú

Situación de departamento de La Libertad
Capital Trujillo
Ciudad más poblada Trujillo
Idioma oficial Castellano.
Entidad
• País Departamento
Bandera del Perú Perú
Presidente regional
Congresistas Manuel Llempén Coronel (2019-2022)
Daniel Salaverry, Elías Rodríguez, Gloria Montenegro, Luis Yika, Octavio Salazar, Richard Acuña y Rosa Bartra (2016-2021)
Subdivisiones Provincias doce (12)
Distritos ochenta y tres (83)
Fundación 12-II-1821
Superficie
• Total Puesto 16º
25.255,96 km²
Elevación media
• Máxima
• Mínima n/d
Cerro Huaylillas, 4.773 m
playas, 0
Población
• Total
• Densidad Puesto 2º
1.778.080 hab. (2017)
63,4 hab/km²
PIB (nominal)
• Total
• PIB per cápita
15.768.987 millones de dólares estadounidenses (6,1% del total)(3º)(2013)
14.381,3 (7º)(2007)
IDH 0,872 (5º) – Muy Alto
Gentilicio liberteños/as
Huso horario UTC-5
ISO 3166-2
Ubigeo LAL
13
Prefijo telefónico +51-44

Autor: Cambó


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Comentarios

2 respuestas a «Departamento de La Libertad»

  1. International

    Respecto a este departamento, y su historia, me resultó sorprendente las tradicionales ventanas de estilo colonial en un edificio de Trujillo. También la fachada de la iglesia colonial de la Compañía de Jesús, en Trujillo.

  2. International

    Respecto a este departamento, y su historia, me resultó sorprendente las tradicionales ventanas de estilo colonial en un edificio de Trujillo. También la fachada de la iglesia colonial de la Compañía de Jesús, en Trujillo.

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