Departamento de Loreto

Departamento de Loreto en Perú

[aioseo_breadcrumbs] Departamento del NE. del Perú. 368.851,95 km2 (el 28,7 % de la superficie total nacional, el más extenso del país con diferencia). 1.059.000 habitantes (estimación de 2017, el 3,3 % de la población total del Perú). Densidad de población: 2,42 h/km2 (la segunda más baja de todos los departamentos del Perú después del de Madre de Dios). Capital, Iquitos. Limita al N. con la República del Ecuador y Colombia, al E. con Colombia y Brasil, al S. con los departamentos de Ucayali y Huánuco, y al O. con los departamentos de San Martín y Amazonas. Posee 3.891 km2 de fronteras internacionales, lo que constituye el 38 % del total de frontera que posee el país. Comprende ocho provincias —Maynas, Alto Amazonas, Ucayali, Requena, Mariscal Ramón Castilla, Loreto, Putumayo y Datem del Marañón— y cincuenta y un distritos.

Geografía física
Este extensísimo departamento se encuentra situado en su práctica totalidad en la región amazónica. Su territorio está formado, así, por los llanos amazónicos, y recorrido por importantes cursos fluviales jerarquizados por el más relevante de todos ellos, el Amazonas, que nace oficialmente aguas arriba de Iquitos, la capital, tras la unión de las aguas del río Marañón (por la izquierda) y del río Ucayali (por la derecha).

Así, toda esta zona amazónica, cubierta en una parte muy importante por selva tropical y ecuatorial, densa y húmeda, presenta un relieve prácticamente llano, aunque con dos unidades levemente diferenciadas: los llanos propiamente aluviales, situados a una menor altitud y que suelen inundarse periódicamente con las crecidas de los ríos más importantes (por eso presentan una serie amplísima de zonas de pantanal, lagunas inundables y formaciones de este estilo), y una serie de terrazas o colinas de muy escasa entidad (el punto más elevado apenas llegaría a 221 m de altitud), que son las que quedan a salvo de dichas inundaciones, las más apropiadas para la agricultura y/o asentamiento de poblaciones.

Escapa a esta unidad rectora uniforme algunas zonas fronterizas del oeste y sur del departamento, adonde llegan las últimas estribaciones de la Cordillera Oriental de los Andes, ya muy desgastadas: es el caso de la franja loretina inmediata a la frontera con el departamento de San Martín, en que una serie de elevaciones separan la cuenca hidrográfica del río Mayo (sanmartinense) de la del río Marañón (zona cercana al Bosque de Protección Alto Mayo y el Área de Conservación Regional Cordillera Escalera), y el extremo meridional del departamento, accidentado en la margen derecha del Ucayali por la vertiente oriental de la Cordillera Azul, y en la izquierda por las colinas de la sierra Divisor, fronteriza también con el brasileño Estado de Acre.

Hidrografía
Así, la práctica totalidad de la red hidrográfica pertenece a la cuenca del río Amazonas. El gran río sudamericano, el más caudaloso del mundo, aunque se nutre de gran parte de las aguas que descienden de la Cordillera de los Andes, nace oficialmente en las cercanías de la población de Nauta, a unos 60 kilómetros al SO. de la capital departamental, la ciudad de Iquitos, por la confluencia del río Marañón y del río Ucayali.

El río Marañón, que discurre de oeste a este por el sector occidental del departamento, al que ingresa desde el vecino departamento de Amazonas justo en el límite meridional de la Zona Reservada Santiago-Comaina, tiene a su vez como principal afluente (por la derecha) el también caudaloso río Huallaga, que procedente del departamento de San Martín, baña la población de Yurimaguas y desemboca en su colector a la altura de la de Lagunas. Más adelante, ya muy cerca de la confluencia con el Ucayali, recibe los aportes, esta vez por su izquierda, del río Tigre, procedente de los Andes de la República del Ecuador (en concreto, de las laderas y alturas del Parque Nacional del Volcán Sangay). El Ucayali, por su parte, procede también del sur, en este caso del departamento de Ucayali, que abandona por el de Loreto un tramo después de bañar la capital vecina, Pucallpa. El territorio entre ambos ríos, Marañón y Ucayali, en su último tramo antes de converger es el que forma la Reserva Nacional Pacaya-Samiria.

Nacido ya formalmente el Amazonas, justo después de bañar Iquitos inicia un giro en su discurrir hacia el este, y recibe en el ángulo de ese giro, tras formar varios amplios meandros, un nuevo e importante afluente, esta vez por su izquierda: es el río Napo, que vertebra buena parte del sector septentrional del departamento, después de penetrar en el Perú proveniente de la República del Ecuador, donde tiene sus fuentes —en concreto, en las laderas del volcán Cotopaxi— y país del que es, además, el principal río. A continuación, el Amazonas sigue su rumbo perezoso hacia el este, entre amplios meandros y aumentando progresivamente su caudal, hasta que abandona el departamento (y el país) allí donde convergen los puntos fronterizos del Perú, Colombia (con quien marca la frontera durante un breve tramo) y Brasil, en la población colombiana de Leticia, la más importante que se asoma a sus aguas entre Iquitos y la gran ciudad brasileña de Manaos. Allí, precisamente, recibe los aportes por su derecha del río Javarí o Yavarí, que durante su largo curso forma también la frontera natural con el Brasil (estado de Amazonas), desde su nacimiento en la sierra Divisor.

Cabe consignar, por último, otro gran río que, si bien también es afluente del Amazonas (por su margen izquierda), converge con éste ya en territorio brasileño. Es el río Putumayo, que proveniente del sur de los Andes colombianos (en concreto, del Nudo de los Pastos), penetra en el Perú justo en el vértice donde converge con la República del Ecuador y Colombia, y a partir de ahí, siempre siguiendo una dirección hacia el sudeste, formará durante más de 1.000 kilómetros de su curso la frontera natural entre el Perú y Colombia, es decir, la más septentrional del departamento y de todo el país, a base de continuos e intrincados meandros.

Clima y vegetación
La totalidad de la religión se inscribe dentro del clima tropical clásico, propio de las regiones de selva. Es decir, con temperaturas muy cálidas —la media anual se sitúa en torno a los 25-26 °C—, alta humedad atmosférica —la media se ha calibrado hacia el 84 %—, elevadas precipitaciones —aproximadamente, entre 1.000 y 2.000 mm de índice de pluviosidad anual— y oscilación térmica reducida —las temperaturas medias de las máximas se sitúan en torno a los 31-32 °C, y de las mínimas en los 21-22 °C; siendo las máximas absolutas no superiores a los 36 °C y las mínimas absolutas no inferiores a 16-17 °C—. Todo esto converge para que este departamento sea un verdadero vergel, tanto en lo que respecta a la vegetación, con sus amplias y extensas regiones de selva húmedas casi ininterrumpida y prácticamente virgen, como a la fauna: un número incontable de especies del reino animal viven en estas tierras.

Áreas naturales protegidas
Zona Reservada Santiago-Comaina

Espacio natural protegido desde el 21 de enero de 1999, compartido con el departamento de Loreto, con una superficie de 16.425 km2. Ocupa buena parte de la mitad septentrional del departamento, y se extiende entre el curso del río Marañón por el sur y la frontera con la República del Ecuador por el norte, en la provincia de Condorcanqui. Se trata de un área que presenta una relación de armonía entre el hombre y la naturaleza, y que conserva valiosísimos recursos biológicos, paisajísticos y culturales. Allí se asientan comunidades indígenas de las etnias aguarunas, huambisas y jíbaros.

Tanto la flora como la fauna del lugar están todavía en proceso de investigación, como demuestra el que vayan descubriéndose especies desconocidas y endémicas con relativa asiduidad. Cabe destacar, en este sentido, 26 especies nuevas de orquídeas; una nueva especie de marsupial (Caenolestes condorensis), 21 especies nuevas de mariposas y una especie nueva de pez (Creagrutus sp.) También resulta muy importante su condición de refugio y zona de cría de especies, si no desconocidas, sí en peligro de extinción o en retroceso en el Perú, como es el caso del anfibio Ramphohryne, que ya sólo se encuentra aquí; reptiles como el lagarto blanco (Caiman crocodilus) y negro (Melanosuchus niger); mamíferos como el jaguar (Panthera onça) y el mono araña (Ateles belzebuth); aves como el frailecillo (Saimiri sp.), el paujil (Crax globulosa), el loro de mejillas doradas (Leptosittaca branickii) y el cóndor (Vultur gryphus). En cuanto a la flora, destaca la variedad de árboles, como el cedro (Cedrela sp.), el tornillo (Cedrelinga catenaeformis), la cumala (Iryanthera sp.), la quina (Cinchona sp.), y palmeras como el huasai (Euterpe precatoria), el ungurahui (Yesenia batana) y la pona (Iriartea sp.).

Parque Nacional Cordillera Azul
Parque nacional creado en el año 2001 para proteger los valores medioambientales de la Cordillera Azul en su totalidad. Consta de 1.350.000 hectáreas aproximadas, repartidas entre los departamentos de Huánuco, San Martín, Loreto y Ucayal. Al de San Martín pertenece buena parte de la cuenca alta del río Biabo, al sur de la provincia de Bellavista, y se alarga hasta casi el curso del Huallaga en esa zona, ya entre las provincias de Mariscal Cáceres y Tocache, y luego su vértice septentrional, en la provincia de San Martín, y de nuevo hasta casi el cauce del Huallaga. Se trata de un área de transición entre los Andes y la Amazonia, perteneciente a la ecorregión conocida como selva alta, que presenta una intensa diversidad biológica tanto en flora como en fauna.

Reserva Nacional Pacaya Samiria

Situada en el centro-sur del departamento, con sus 2.080.000 hectáreas no sólo es la reserva nacional más extensa del Perú y la segunda área natural protegida del país (después del Parque Nacional Alto Purús), sino la cuarta de toda Sudamérica. En total, representa un 1,5 % del territorio de la República del Perú, un 6 % del departamento de Loreto y una superficie parecida a la de estados como la República de Eslovenia. Comprende gran parte de las provincias de Loreto, Requena, Ucayali y Alto Amazonas, en concreto el área interior del ángulo que forman los ríos Ucayali y Marañón en su último tramo antes de converger para formar el Amazonas, junto a la comunidad de Mariscal Castilla. La primera medida de protección de la zona se remonta a la Resolución Suprema Nº 68, del 2-VI-1940, que declaraba Zona Reservada el área fluvial del río Pacaya desde 500 metros antes de la boca de la cocha del Yanayacu hasta el paraje denominado Zancudo, situado en el cauce del mismo río. Después, y tras sucesivas ampliaciones (1944), el 10-X-1968 se elevó a Reserva Nacional con la intención de conservar los recursos naturales en la cuenca del río Pacaya, y en 1972 se le unió el sistema hidrográfico del río Samiria. Finalmente, el 4-II-1982 el Decreto Supremo nº 016-82-AG establecía oficialmente su rango de Reserva Nacional, al tiempo que ampliaba su extensión hasta los límites actuales.

Se trata de una vasta región que cuenta en su interior con el área de bosque inundable (ecosistema conocido también con el término portugués de varzéa) protegido más extenso de toda la Amazonia, motivo por el cual fue incluida en la lista de humedales de importancia internacional del Convenio Ramsar el 28-VIII-1986. En su paisaje, que pertenece a tres cuencas hidrográficas —la del río Pacaya, tributario del Ucayali; la del río Samiria, tributario del Marañón, y la del Yanayacu-Pucate—, pueden encontrarse rasgos significativos como caños, quebradas, lagos (unos ochenta) y tipishcas, todo ello dentro de la región fisiográfica de selva, o bosque tropical húmedo, con precipitaciones que superan los 2.000 mm anuales, reguladas en dos estaciones bien definidas: la llamada “vaciante” (de mayo a octubre, más bien seca y con reducción del caudal de los ríos, lo que da lugar a formación de playas fluviales arenosas), y la “creciente” (de noviembre a abril, temporada de lluvias). Esto permite una vasta biodiversidad. Así, se han registrado hasta 449 especies de aves —guacamayos, loros, garcetas, águilas, halcones, camungos, trompeteros y otras especies endémicas—, 102 de mamíferos, 69 de reptiles, 58 de anfibios y 256 de peces —entre ellos el paiche, cuya protección y conservación fue el factor original a la hora de establecer la primitiva Zona Reservada—, en lo que respecta a la fauna, y hasta 1.024 especies vegetales, tanto naturales como cultivadas por las comunidades indígenas que encuentran su asiento dentro de los límites de la reserva.

Entre los objetivos de este alto rango de protección se encuentran —además de la citada conservación del paiche— la conservación de ecosistemas propios de la selva baja, el fomento de los estudios sobre el medio natural y del interés de la población local en los beneficios que puede aportar un buen uso (uso sostenible) de los recursos naturales —en particular del paiche (Arapaima gigas) y la arahuana (Osteoglossum bicirrhosum)—, y la recuperación de especies vegetales como el aguaje (Mauritia flexuosa), la yarina (Phytelephas macrocarpa), la tagua o marfil vegetal, el cedro (Cederla odorata) y el huasaí (Euterpe precatoria), y de especies animales como los quelonios charapa (Podocnemis expansa) y taricaya (Podocnemis unifilis), el maquisapa negro (Ateles paniscus) y el maquisapa pecho amarillo (Ateles beltzebuth), de primates como los monos coto (Alouatta seniculus) y choro (Lagothrix lagotricha), de ungulados, del guacamayo rojo (Ara macao), del lobo de río (Pteronura brasiliensis), de la vaca marina (Trichechus inunguis), del caimán o lagarto negro (Melanosuchus niger) y de los delfines rosados (Inia geoffrensis) y grises (Sotalia fluviatilis). Entre la flora de la Reserva destacan también especies de árboles como la lupuna colorada (Cavanillesia hylogeiton) y blanca (Ceiba pentandra), la caoba (Maena capimori), el huairuro (Ormosia amazonica), la cascarilla (Cinchona officinalis), el cacao (Theobroma cacao), el machín sapote (Quararibea bicolor) y el chuchuhuasi (Noxythece sp.).

Reserva Nacional Allpahuayo–Mishana

Se trata de un área natural protegida, de apenas 58 069 hectáreas, situada no muy lejos de la ciudad de Iquitos. Creada el 16 de enero de 2004, protege la mayor concentración de bosques de arena blanca o “varillales” de toda la Amazonia peruana, donde viven numerosas especies endémicas de plantas y animales, algunas de las cuales todavía no han podido ser descifradas y clasificadas científicamente. También protege una muestra de los bosques inundables por las aguas negras del río Nanay, únicos también en la Amazonia peruana. Así, se han registrado, en total, hasta 1780 especies de flora (plantas, helechos, arbustos y árboles); 522 solo de mariposas, 120 de reptiles, 476 de aves, 155 de peces, 145 de mamíferos y 83 de anfibios.

Entre las especies nuevas para la zoología, cabe mencionar, por ejemplo, el huapo ecuatorial (Pithecia aequatoriales) y el tocón negro (Callicebus lucifer), pertenecientes a la familia de los primates; aves que se alimentan básicamente de hormigas como las denominadas en latín Herpsilochmus gentryi, Percnostola arenarum y Myrmeciza castanea, además de una especie perteneciente a los atrapamoscas (Zimmerius villarejoi), una quinta todavía por describir adecuadamente (Polioptila clementsi), y otras ya conocidas pero que hasta recientemente no se habían registrado en el Perú: la bella cotinga (Xipholena punicea) y el manakin (Neopelma chrysocephalum).

Reserva Nacional Matsés
Área natural protegida del Perú, ubicada en la provincia de Requena, en la margen derecha del río Ucayali (varios de sus afluentes discurren por ella) y junto a la frontera con el Brasil. Forma un corredor biológico internacional, compartido con el Brasil, formado también por la Zona Reservada Sierra del Divisor (Perú), el Parque Nacional Serra do Divisor y las Reservas Extrativistas Alto Juruá y Alto Tarauacá (Brasil). Su superficie es de 420.635,34 hectáreas, correspondientes todas ellas a la ecorregión de la selva baja o bosque húmedo tropical. Inscrita en la Amazonia, su clima es cálido y húmedo, con las típicas dos estaciones de la región (la “vaciante”, de carácter seco, se extiende de mayo a octubre; y la creciente, de carácter lluvioso, de noviembre a abril), y posee una biodiversidad riquísima, sobre todo en lo que respecta a los bosques y selvas húmedos y a la variedad de especies de peces y otros animales.

En concreto, se han registrado 177 especies de peces, de las cuales diez son novedad en el Perú y existe la sospecha de que otras ocho son especies antes no catalogadas. También se han hallado 65 especies de mamíferos (de ellas, 43 de grandes mamíferos), entre las cuales destacan los primates; más de un centenar de anfibios, entre las cuales se encuentran una nueva especie de sapo (Dendrobates sp.) y una especie, también de sapo, antes no registrada en el Perú (Sinapturanus sp.); y 416 especies de aves, entre las que sobresalen las típicas de bosques de arena blanca. Por lo que respecta a la flora, cabe apuntar el buen grado de conservación (prácticamente el original) de varias zonas de bosque y selva; la alta concentración de especies (aproximadamente un millar y medio, sólo entre las catalogadas), y la gran extensión de varillales, bosques de arena blanca muy escasos en toda la Amazonia, y particularmente en el Perú.

Pero la singularidad de este espacio natural reside en la comunidad nativa matsés, que no sólo da su nombre a la Reserva Nacional, sino que fue el acicate para su establecimiento. Se trata de una etnia de nativos amazónicos cuyo solar original había estado emplazado en el Brasil hasta que tuvieron los primeros contactos con gentes del exterior, en concreto en la década de 1960. Los indios matsés reaccionaron con ataques (con sus arcos y flechas) a las poblaciones que se habían adentrado más en su región amazónica, e incluso llegaron a secuestrar a mujeres. El Gobierno brasileño de entonces reaccionó bombardeando sus aldeas y obligándoles así a retirarse hacia el oeste, hasta cruzar la frontera con el Perú. En 1994, los matsés solicitaron una primera creación de una reserva natural que les garantizara el acceso a los recursos naturales que necesitaban para su subsistencia, solicitud que fue rechazada. En 2007 les llegó la noticia de que se pretendía poner en explotación los yacimientos de hidrocarburos situados en la misma zona que los matsés habían propuesto como reserva natural; después de un periodo de presiones y gestiones, el Gobierno peruano decidió, finalmente, establecer de manera oficial la Reserva Nacional Matsés (27-VIII-2009), con el objetivo de proveer la buena conservación de los recursos naturales del área protegida para favorecer la vida tradicional de la comunidad matsés.

Zona Reservada de la Sierra del Divisor
Área natural protegida, de unos 14.783 km2, que se extienden entre los departamentos de Ucayali y Loreto, y junto a la frontera con el Brasil. Presenta notables valores medioambientales y geológicos. Se trata de una sierra o cordillera de alturas moderadas, cubiertas con amplios y valiosos bosques de selva alta.

Otras áreas naturales protegidas
La Reserva Nacional Pucacuro, establecida de manera oficial el 21-IV-2005, se encuentra situada en el norte del departamento, en el interfluvio de los ríos Tigre y Nanay, y ocupa una superficie de 6.379 km2. La Zona Reservada Güeppí, creada de manera oficial en 1997, ocupa el extremo septentrional del departamento, justo el interfluvio entre los ríos Napo y Putumayo, junto a la frontera con la República del Ecuador y la República de Colombia, un total de 6.259,71 km2. El departamento cuenta también con otras tres Áreas de Conservación Regional (ACR): el Área de Conservación Regional Alto Nanay-Pintuyacu-Chambira (954.635 hectáreas), el Área de Conservación Regional Ampiyacu-Ampayacu (434.129 hectáreas) y el Área de Conservación Regional Tamshiyacu-Tahuayo (420.080 hectáreas).

Población
A pesar de que este es el departamento más alejado de los centros urbanos y económicos del Perú, y que por tanto su población se ha visto afectada por diversas y sucesivas oleadas inmigratorias, inconexas entre sí, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX y hasta la actualidad ha mantenido un ritmo de crecimiento vegetativo relativamente constante. Así, entre 1961 y 2005 su crecimiento ha oscilado siempre entre el 2 y el 3 % anual. Cabe destacar, yendo a cuestiones no meramente demográficas, que el departamento de Loreto, por su extensión y situación, es el que alberga una mayor diversidad de etnias y de idiomas indígenas nativos de todo el Perú, entre estos últimos hasta cuatro lenguas aisladas (es decir, que no se ha demostrado su parentesco lingüístico con ninguna otra), como es el caso del taushiro, el ticuna y el urarina, y hasta cinco familias de lenguas propias de esta zona, como son la capahuana, el tucano, el záparo, el huitoto y la peba-yagua.

Economía

Calle céntrica de Iquitos con sus característicos taxis.
Varias son las columnas sobre las que se asienta la actividad económica de este departamento, cuyo Valor Agregado Bruto (VAB), según datos oficiales del año 2010 publicados por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú, constituyó el 1,9 % del total nacional. Esa variedad puede verse en la distribución por sectores de la economía departamental, muy repartida. Así, el comercio significó ese año 2010 un 17,1 % del total, seguido del sector de “otros servicios”, con el 15,7 %; del sector primario (agricultura, caza, pesca y silvicultura), con el 14,9 %, y del secundario (manufacturas), con el 12,6 %.

Agricultura
Orientada hacia productos típicamente tropicales, entre los cultivos más importantes del departamento se encuentra, en primer lugar, la yuca, tubérculo del que se produjo, en el año 2011, hasta 348.000 toneladas (el 31,2 % del total nacional; primer departamento del país) de 37.800 hectáreas dedicadas a su cultivo. También es muy relevante el plátano; su producción, ese año 2011, alcanzó las 287.000 toneladas, en 7.500 hectáreas cultivadas, lo que supone el 15,1 % del total nacional (segundo departamento del país en cuanto a producción). Destacada también es la producción de arroz, de 103.000 toneladas en el año 2011, producción que supone el 3,9 % del total nacional y a la que se dedicaron 33.000 hectáreas, así como la del maíz amarillo duro, cuya producción alcanzó ese mismo año las 84.000 toneladas (el 6,6 % de la producción nacional), extraídas de unas 35.000 hectáreas de cultivo. Otros cultivos son, por ejemplo, los frijoles y el café. De la ganadería, destaca especialmente el ganado de cebú.

Pesca y explotación forestal
Actividad tradicional que ha experimentado un cierto desarrollo con técnicas modernas, la pesca constituyó el 1 % del VAB departamental según datos oficiales del año 2011. En primer lugar se encuentra la pesca artesanal, histórica, dedicada al autoconsumo; pero también la pesca de especies ornamentales orientada hacia la exportación (países como Francia, los Estados Unidos de América, Alemania, Taiwan y Japón son los principales clientes), y los criadores en granjas, es decir la piscifactoría y acuicultura, que nutre también a otros mercados más alejados del país. Entre las especies más apreciadas se encuentran el paiche, el dorado, el sábalo, la corvina, la doncella, la torre, la gamitana, el boquichico y la palometa. De las extensas y ricas zonas de selva y bosque húmedo se extraen maderas finas y preciosas como la caoba, el nogal, el cedro, el roble, las palmeras y los palos, la canela, la gutapercha, el alcanfor, el caucho (primer productor nacional), etc.

Minería

A pesar de que este sector ocupa el noveno lugar en cuanto a actividades productivas del departamento (al menos, en datos de 2011), ya que aporta únicamente el 4,9 % del VAB departamental, lo cierto es que en esta región se encuentra aproximadamente el 60 % de la producción de petróleo de todo el Perú: datos oficiales de ese mismo año de 2011 arrojan la cifra de 10,2 millones de barriles. Todavía existen numerosos proyectos de exploración y explotación por desarrollar en las cinco cuencas sedimentarias ricas en hidrocarburos que hasta el momento se han consignado (Santiago, Madre de dios, Marañón, Huallaga y Ucayali). Otros yacimientos minerales y metálicos de la zona son los de oro, sal, cuarzo y carbón de piedra.

Industria
Cuarto sector en orden de importancia en la economía del departamento (12,6 % del VAB en 2011), las ramas de esta actividad presentes aquí se derivan en su mayor parte del resto de sectores. Así, tiene importancia la industria alimentaria (aceites de palma, bebidas, conservas de palmito), la maderera (aserraderos, laminado de maderas, elaboración de papel y triplay), los astilleros (transporte fluvial) y la del refino (refinería en Iquitos) y derivados del petróleo. También cabe destacar la fábrica de motocicletas de Iquitos.

Transportes y comunicaciones
Este sector constituyó en 2011 el 7,7 % del VAB departamental, en buena medida como eje de exportación de las riquezas agrícolas y naturales del departamento. Por la peculiar configuración geográfica del mismo, destaca en primer lugar el transporte fluvial, ya que es un departamento en el que abundan los ríos perfectamente navegables, con el puerto de Iquitos como referencia fundamental, seguido de los de Yurimaguas (en expansión) y Saramiriza. También Iquitos es la referencia para el transporte aéreo, gracias a la modernidad de su aeropuerto internacional (recibe vuelos no sólo de países vecinos, sino incluso desde los Estados Unidos de América) y nacional (resulta fundamental para la comunicación con el resto del país, que se produce con numerosos vuelos diarios). No así, en cambio, el transporte terrestre, ya que apenas existen carreteras (con ese rango sólo cabría apuntar las que unen Iquitos con Nauta y Yurimaguas con Tarapoto).

Historia

Los primeros pobladores de estas tierras fueron, sin duda, los antepasados y antecedentes étnicos de las actuales comunidades nativas, de índole amazónica, que todavía hoy viven en este departamento. Por la particular geografía y morfología de la región, apenas si existen yacimientos o restos arqueológicos que puedan dejar constancia de su paso, como sí sucede en otras áreas más propicias del Perú. Además, posiblemente las diversas y sucesivas culturas prehispánicas que surgieron y florecieron en otras áreas del país (costa, sierra) no acometieron una expansión hacia la selva amazónica; ni siquiera los incas, poco interesados en la región.

Los conquistadores españoles que llegaron al Perú bajo dominio inca en la cuarta década del siglo XVI empezaron bien pronto a explorar estas tierras. En 1541 Gonzalo Pizarro, gobernador de Quito y hermano de Francisco Pizarro, organizó una expedición desde esa ciudad hacia el interior en busca del «País de la Canela» y de El Dorado, a la que poco después se unieron Francisco de Orellana y sus hombres. A su regreso, las dificultades del terreno y la falta de alimentos decidieron a Pizarro a enviar a Orellana con un grupo de expedicionarios para que intentara avanzar siguiendo el curso del río Coca, en un bergantín que ellos mismos construyeron, en busca de avituallamiento y de tierras seguras por las que continuar. El 31-XII-1540 Orellana partió del campamento establecido en el río Coca, pero al no encontrar tierras fértiles ni poblaciones, sino tan sólo zonas encenagadas y selva, y ante la imposibilidad de regresar en contra de la corriente, continuó el curso del Coca hasta su confluencia con el río Napo y desde este último hasta el Amazonas, al que bautizaron río Orellana. La avanzadilla pasó por Aparia la Mayor (la actual Iquitos), Machifaro, la confluencia del Purús y las de los ríos Negro y Madeira. En agosto de 1542 arribaron a la desembocadura del Amazonas. Todas las incidencias del viaje fueron relatadas por el dominico fray Gaspar de Carvajal en la crónica titulada Relación del descubrimiento del famoso Río Grande de las Amazonas. Publicada en Sevilla en 1894 al cuidado de José Toribio Medina, se incluyó el episodio de un enfrentamiento con mujeres guerreras que hizo cambiar de nuevo el nombre del río por el que tiene en la actualidad.

El segundo viaje por el curso del Amazonas fue el que llevaron a cabo Pedro de Ursúa y Lope de Aguirre en 1559-1561. En el transcurso del viaje, en el que fue descubierto el río Huallaga, Ursúa fue asesinado y Aguirre se hizo con el mando, declarándose independiente de la Corona española y deseando formar un imperio libre en Perú. Llegó a la isla de Santa Margarita en 1561, con lo que se dio fin a la segunda navegación del curso del Amazonas. A partir de entonces, el Amazonas y sus territorios circundantes continuaron inexplorados en gran medida hasta el siglo XVII. Mientras tanto, Portugal comenzó a mostrar su interés por establecer colonias en esa zona. En 1580 los colonos portugueses empezaron a extenderse por los territorios fronterizos con la demarcación española, especialmente en la Amazonia. En el siglo XVII se intentó por primera vez la colonización y evangelización del territorio, partiendo de la zona de los Andes. En 1619 Diego Vaca de Vega fundó la ciudad de Borja, en la orilla izquierda del río Marañón, desde donde partieron misioneros y colonos españoles. En 1635 dos frailes franciscanos, Domingo de Brieva y Andrés de Toledo, realizaron el tercer viaje por el curso del río desde Quito y al año siguiente Pedro Teixeira recorrió el Amazonas en sentido contrario por primera vez, buscando una vía de comunicación con el Perú desde el océano Atlántico. A su regreso fue acompañado por el jesuita Cristóbal de Acuña, quien actuó como cronista y escribió Nuevo descubrimiento del gran río de las Amazonas (Madrid, 1641).

La labor misionera, con centro en Borja, corrió a cargo de jesuitas, franciscanos, mercedarios, capuchinos y carmelitas. El jesuita Francisco de Figueroa extendió las misiones al territorio comprendido entre el Huallaga y el Ucayali y escribió Noticias auténticas del famoso río Marañón, con información sobre las características de la tierra y sus habitantes, y Relación de las misiones de la Compañía de Jesús en el país de los Mainas. Los misioneros, especialmente los jesuitas, emprendieron una política de destribalización que produjo en muchas ocasiones la aculturación y pérdida de identidad de los indígenas, pero también contribuyó a evitar los abusos de los colonos europeos que los utilizaban como mano de obra. Franciscanos y jesuitas evangelizaron a finales del s. XVII los territorios próximos a los afluentes del curso superior y medio del Amazonas. En 1686 el jesuita Samuel Fritz comenzó la fundación de misiones en la zona entre los ríos Napo y Ucayali, y se dedicó a la defensa de los derechos españoles en territorio amazónico, discutidos por Portugal, cuyos colonos habían traspasado el límite de influencia entre ambos reinos y fundado la ciudad de Manaos en 1674.

De todas formas, la presencia de occidentales, y particularmente del dominio colonial español, fue poco constante y firme durante la época del virreinato del Perú, al que, al menos de iure según los diversos tratados y acuerdos entre España y Portugal, pertenecía esta región. Con el avance del siglo XVIII pasó entonces a formar parte del virreinato de Nueva Granada, de nueva creación, como el resto de territorios que habían dependido de la Real Audiencia de Quito. De todas formas, en aquellos siglos la localidad que ejercía de capital de la zona era la ciudad de Moyobamba, la actual capital del departamento de San Martín, curiosamente adscrita a la Real Audiencia de Lima. Una última modificación administrativa de época colonial fue la erección de la Comandancia General de Maynas y Quixos, en 1802, desgajada de la Audiencia de Quito e incorporada de nuevo al virreinato del Perú.

La lucha por la emancipación no acarreó tampoco consecuencias importantes en la zona; la Amazonia quedaba muy lejos de los escenarios bélicos principales. Así, el tránsito entre la colonia y la República pasó relativamente inadvertido. En la nueva organización administrativa nacional, el territorio amazónico fue dividiéndose de manera paulatina hasta llegar a la concepción actual. Así, el 21-XI-1832 se fundó el vecino departamento de Amazonas (con capital en la ciudad de Chachapoyas), con las provincias de Maynas, Chachapoyas y Pataz que habían formado parte del departamento de La Libertad. El 10-III-1852, el presidente Ramón Castilla Marquesado desgajó la provincia de Maynas del departamento de Amazonas para convertirla primero en Gobierno Político y Militar; un mes después en Provincia Fluvial de Loreto, y en 1861 en Departamento Marítimo y Militar. Finalmente, el último paso tuvo lugar el 7-IX-1866, con la primera creación del departamento de Loreto, aunque entonces su capital residía en la ciudad de Moyobamba. Los límites actuales y definitivos de este departamento se remontan al 9-XI-1897, cuando las provincias meridionales se escindieron para formar el nuevo departamento de San Martín, que mantendría la capitalidad en Moyobamba, mientras que la capitalidad de Loreto fue trasladada a la ciudad de Iquitos.

Uno de los motivos para esta última modificación de sus fronteras y traslado de su capitalidad fue, probablemente, el surgimiento de la denominada “fiebre del caucho”, a partir de 1885 y durante algunas décadas, porque fue el episodio histórico que integró definitivamente a este territorio en la historia general del Perú y en el trasiego de sus gentes. Esta “fiebre del caucho”, que explotó entre 1879 y 1912 en toda la Amazonia sudamericana (y otras partes del mundo) a raíz del descubrimiento de la vulcanización y la cámara neumática años antes, acarreó una “fiebre” por la extracción de ese material, y qué mejor vía de comunicación para la exportación del caucho que el propio río Amazonas. Así, la ciudad de Iquitos vivio unos años de verdadero esplendor como el puerto fluvial más importante del Perú y el segundo del Amazonas (detrás de la brasileña Manaos) por el que salían al mundo las riquezas de la selva; paralelamente, las comunidades nativas sufrieron esa explotación de sus recursos naturales con fenómenos como la semi-esclavitud.

Después de aquellos años de fervor desatado, el departamento ha visto surgir otros recursos naturales y riquezas que deberían garantizar su prosperidad y desarrollo. Por un lado, los riquísimos y preciosos valores medioambientales, naturales, paisajísticos y etnológicos, motivo de protección supraestatal y que pueden favorecer el crecimiento del turismo en parámetros modestos. Por otro, las grandes reservas de hidrocarburos, y en particular de petróleo, descubiertas en las últimas décadas en su subsuelo, muy importantes para el Perú si se explotan adecuadamente, sin perjuicio para los habitantes y el medio natural de la región.

Folclore

Sin duda, la fuerte presencia de comunidades nativas amazónicas constituye el ingrediente esencial para entender el folclore de este departamento; eso sí, condicionado, influido y determinado por otras numerosas culturas y gentes, provenientes no sólo del resto del Perú, sino prácticamente de todo el mundo. Esa mezcla o fusión de elementos tan divergentes ha dado como resultado un comportamiento folclórico único, que impregna todas y cada una de las actividades culturales y sociales de la región, desde la tradicional literatura oral (mitos y leyendas nacidos de los ritmos de la naturaleza, tan apegados a las gentes de Loreto), pasando por el sincretismo religioso (del chamanismo nativo amazónico al cristianismo) y hasta las danzas, ritmos y músicas (lo amazónico macerado con lo andino y lo costeño; o con lo colombiano, lo brasileño y lo ecuatoriano).

Por lo que respecta a la artesanía, también aquí puede observarse la tradición y la cosmología de los nativos amazónicos, por ejemplo en el recurso a productos propios de la región para la realización de objetos y útiles habituales, pero también decorativos. Es notable la cerámica con dibujos geométricos, así como las telas y tejidos policromados con gran colorido. La gastronomía no podía faltar a la cita cultural. Así, platos y guisos tradicionales de este departamento son, por ejemplo, la ensalada de chonta, el cebiche de dorada, el inchicapi, el juane, el tacacho, la cecina, el timbuche, el inchicucho o la patarashca. Y en cuanto a bebidas y licores, cabe mencionar la aguajina, el masato, el huarapo, el huitochado, la piraña, el chapo, el shibe, el chuchuhu asi, el coconach ado y las siete raíces.

Fiestas
Prueba del sincretismo religioso de la zona es que la festividad por antonomasia del departamento es la de san Juan Bautista, que tiene lugar en torno al 24 de junio, porque además de la tradición cristiana aquí contiene en ella un verdadero simbolismo relacionado con el agua, el elemento vital de la Amazonia. Entre otros festejos y actos típicos de esta festividad cabe mencionar la tradición de bañarse en el río la víspera por la noche, como acto simbólico de purificación: es el “baño bendito”. El día siguiente, es de destacar la misa y procesión del distrito de San Juan (provincia de Maynas), donde se degusta el típico juane, plato que recibe su nombre precisamente de esta fiesta. Entre las fiestas locales, destaca la Semana Turística de Iquitos, en torno al 5 de enero, fecha de la fundación de la ciudad; desfiles, pasacalles, bailes, ferias de artesanía y concursos de fotografía son actos de lo más destacados.

Datos del Departamento de Loreto
Departamento del Perú

Meandros en la selva amazónica de Loreto.

Situación de departamento de Loreto
Capital Iquitos
Ciudad más poblada Iquitos
Idioma oficial Castellano, quichua, achuar, aguaruna, andoa, arabela, bora, capanahua, candoshi, chayahuita, cocama, huambisa, huitoto, iquito, jebero, maijuna (orejón), mayoruna (matsé), muniche, ocaina, secoya, shipibo, taushiro, ticuna, urarina, yagua, yine (piro), zápara, etc.
Entidad
• País Departamento
Bandera del Perú Perú
Gobernador regional
Congresistas Elisbán Ochoa Sosa (2019-2022)
Juan Carlos del Águila, Jorge Meléndez, Patricia Donayre y Tamar Arimborgo (2016-2021)
Subdivisiones Provincias ocho (7)
Distritos cincuenta y dos (52)
Fundación 7 de febrero de 1866
Superficie
• Total Puesto 1º
368.851,95 km²
Población
• Total
• Densidad Puesto 10º
883.851 hab. (2017)
2,5 hab/km²
PIB (nominal)
• Total
• PIB per cápita
7.496.745 millones de dólares estadounidenses (2016)
n/d
IDH 0,740 (17º) – Alto
Gentilicio loretanos/as
Huso horario UTC-5
ISO 3166-2
Ubigeo LOR
16
Prefijo telefónico +51-65

Autor: Cambó


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Comentarios

Una respuesta a «Departamento de Loreto»

  1. International

    Algunas cosas que me sorprendieron en este departamento peruano fueron las siguientes: Casas sobre el río Amazonas, en la provincia de Iquitos. Típica vegetación frondosa de selva húmeda en una laguna del departamento de Loreto. La iglesia de San Juan, en la Plaza de Armas de Iquitos.

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